Amigos Todos
Hoy celebremos el hecho de la fundación
de nuestra escuela, aquí en Valparaíso, hace ya más
de 50 años. Consintamos y perseveremos en esa palabra poética
que le dio lugar.
Hoy compartimos con los fundadores, nuevos arquitectos,
nuevos diseñadores y nuevos poetas que recibimos la heredad
de esos primeros 50 años. Quienes emprendemos el desafío
de esta escuela que hoy ha de cuidar, sostener y profundizar en
lo ya abierto;
pero, que por sobre todo, hemos de continuar perseverando en el
curso de la aventura creativa a la que fuimos invitados.
Nuestro desafío hoy es hacer fe en esta
gesta y en los cambios que trazan los rumbos de las Universidades
de nuestro tiempo.
Esa gesta nos pide hoy comprender lo que implica la inscripción
de nuestra obra en el mundo.
El libro que aquí se presenta da cuenta
de todo esto. Nuestro lenguaje y nuestro estudio Parten a Europa
para mostrar esta visión. Diferentes publicaciones, exposiciones
y conferencias, alumnos en intercambio, y profesores doctorándose
son un que hacer que se extiende en hospitalidad para con otros
lenguajes universitarios.
Hospitalidad expresada a través del lenguaje
de nuestros oficios que se funda en la Ciudad Abierta, y que nos
sitúa en el centro del diálogo de las artes y la arquitectura
en el mundo.
Esta labor emprendida por otros, recaer hoy en
nosotros, para en adelante expresarla desde nuestra propia intimidad
en futuros programas de magister y doctorados que darán curso
a la fidelidad de nuestra poiesis.
Caminamos también en el curso de una gesta que nos pide sostener
un tiempo de alegría, gratitud y gratuidad.
Somos una escuela que vive día a día en la alegría
de celebrar. Celebramos el estudio dibujando y elogiando la realidad;
Celebramos siempre partiendo.
Esta es la paz creativa en la que vivimos alumnos
y profesores y que se encarna en ocasiones como la de hoy.
Sostener este tiempo es lo que nos permite el
recorrer América hace ya 19 años y partir mañana
en la comunión de los oficios a la Misión Religiosa
que esta escuela emprende desde hace 10 años
.
Se trata de sostener estas virtudes como la espiritualidad de nuestra
enseñanza y formación universitaria.
Finalmente
Caminamos en el curso de una gesta que nos pide encontrarnos con
un tiempo “de comunión de todos quienes conforman esta
Escuela”.
Quisiéramos que este, fuese un tiempo nuevo en que al unísono,
alumnos, profesores y ex - alumnos, se reconozcan como una generación
única que hace escuela.
Reconocemos y abrazamos entonces todo lo que por
esta comunidad se ha abierto.
Nuestro desafío hoy es dar el lugar y la
formula para que este tiempo se lleve a cabo en continuidad.
Cada uno de estos caminos nos compromete con tareas, labores y obras
en las que ya estamos abocados.
Para que ellas alcancen una real plenitud,
es que necesitamos de la participación de toda la comunidad
que hoy es la Escuela.
Este es nuestro presente y esta la invitación.
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